miércoles, 14 de febrero de 2007

La fotografía del aficionado. Las paradojas del nuevo mundo digital: del negativo a la giclee.


"Giclèe": la fotografía impresa.


El paso decisivo entre los procedimientos analógicos y digitales, no consiste tanto en el grado de intervención en el material de imagen, ni en la sorprendente expansión de sus posibilidades, que nos acercan por ejemplo calidades antes inaccesibles fuera del mundo profesional, ni en la combinación de técnicas tradicionales con nuevos (o no tan nuevos) procesos. Ni tan siquiera en la extraordinaria facilidad para la edición y publicación de la propia obra.

El punto más radical de ruptura entre el anteayer analógico y el hoy digital, se encuentra en la desaparición del negativo, y su sustitución, completa y absoluta, por su reverso: La Giclee (giclèe en francés, la copia impresa).

El negativo

La estética fotográfica tradicional infravaloraba la copia fotográfica impresa. La contraposición de la fotografía con el resto de las artes plásticas, precisamente descansaba en este documento primigenio, original e inútil directamente en principio, que era su estandarte, su valor, su "sinceridad", y que se visualizaba de mil maneras (revistas, libros, copias de exposición, proyecciones) dentro del sistema industrial. De hecho, los historiadores de arte utilizaban sólo materiales de archivo para estudiar y valorar la obra fotográfica: precisamente la foto publicada.

Actitudes, opiniones y teorías.

El fotográfo analógico se diferencia del digital precisamente en ese punto. La copia era un residuo del momento artísticamente puro y singular que es la captura.

Ahora, que hemos pasado de la autenticidad del celuloide a la frágil realidad del archivo digital, es necesario releer los textos de pioneros como Ansel Adams (su sistema de zonas estaba pensado como un flujo continuo desde la captura hasta la copia final) o Moholy-Nagy (esa humanidad-fotográfo que sustituye la pluma por la cámara y que se expresa y comunica a través de imágenes) para comprender que la revolución de estos nuevos tiempos, tan sólo es mera continuidad, de algo que aún no había desarrollado toda su potencia: la fotografía.

Una interesante y amarga reflexión sobre este tema, el surgimiento de la glicee, y las verdaderas causas de la decadencia analógica, se puede encontrar en un artículo de Fernando Puche, fotográfo naturalista profesional, publicado la revista digital de fotonatura que invito a leer a los fotográfos e-escepticos.

Aunque alguien diga y con razón que de los esfuerzos del mundo del software, se ha creado el DNG o negativo digital, hay que concluir, ahora más que nunca, que la realización y plasmación de la visión directa del autor en la giclee (giclèe), se ha convertido en la verdadera realidad de la imagen, en paralelo con la pintura o el grabado, cerrando el círculo que los tiempos modernos abrieron con los pioneros de la fotografía, como por ejemplo Daguerre, Niepce o Fox Talbot, que imitaban por muchos motivos a la pintura, allá por las primeras décadas del siglo XIX, cuando la fotografía aún no era un arte.

La copia original giclee (giclèe) obtenida por el autor, en el flujo de trabajo desde el archivo que proporciona el tratamiento, es el mejor sistema de archivo y conservación , así como la ultima y definitiva plasmación artística de la voluntad expresiva del autor, al modo de la pintura o el grabado.

Edición y Giclee: propósitos.

Llegados a este punto, se plantea otro problema básico de todo este circunloquio. Como decíamos antes, más arriba, las posibilidades de difusión soy hoy en día ilimitadas. Pero también aquí hay un talón de Aquiles. Los problemas de los derechos. Ahora más que nunca, la posibilidad de compartir, rompe el circulo alrededor de lo profesional, que excluía al aficionado de su voluntad a expresarse y publicar.

La necesidad de entrar en un mercado, restringido por necesidades obvias, deja fuera a sensibilidades y visiones alternativas. Esta nueva "no-academia" rodea los muros de la vieja escuela-industria, creando un verdadero nuevo salón de "rechazados".

La obra hoy creada por un aficionado (como yo), puede estar tan acreditada, con un sistema de producción perfectamente fiable, riguroso, ajustado a una precisa metodología, como la de un profesional, donde el producto obtenido tiene una calidad precisa, todo ello partiendo de una inversión relativamente pequeña y, por supuesto, mucha ilusión. Un producto que no nace para satisfacer tendencias, sino dar salida a una necesidad expresiva, aún no valorable mercantilmente. Pensemos en el ejemplo de Kafka en literatura (que no publico nada en vida, excepto una recopilación de relatos cortos incluyendo "La Metamorfosis"). La imagen, la tecnología de la imagen está completamente a nuestro alcance.

El uso de Creative Commons y Copyleft

Creative Commons y Copyleft apuntalan jurídicamente esta nueva voluntad. Como trabajo en otra actividad, ejerzo está con plena libertad, sin atenerme a ley del mercado, y por tanto, entrego caundo puedo y como puedo, estas elaboraciones, a todo aquel que guste de ellas.

Por ello yo propongo, y me propongo, difundir mi obra de distintos modos: archivos compartidos, copias desde terceros, y mis propias giclees (giclè) según principios del copyleft y creative commons, para entidades públicas, o privadas, y particulares sin ánimo de lucro, fondos de archivo, coleccionistas y bibliotecas en general.


Mas información sobre las licencias copyleft y creative commons